Sigo creyendo que uno nunca escoge los libros, los libros escogen por quién quieren ser leídos… Y el mundo umbrío, me atrapó a primera vista.
Esta es una historia de vampiros.
Y sé que en pleno 2017
y con tanta saga/ novela de vampiros que ha estado saliendo, la mayoría de
fanáticos de vampiros se han dividido en dos bandos: Los que ya están
completamente hartos del género y los que se molestan porque “ya rompieron con
todos los mitos sobre vampiros” Que “Si Bram Stoker viera esto si istiría
ritirciendo in si timbi” Yo me concidero imparcial, me fascinan los vampiros y
creo que cualquiera puede tomar una idea y hacer de ella lo que le dé la gana.
Y si terminan haciendo una maravilla como Mundo Umbrío, estoy encantada.
Siempre he pensado que
hay tres factores que hacen que un libro sea bueno: 1: Estar bien narrado. 2:
Tener una buena historia. 3: Tener buenos personajes. Y es que hay libros que
sigues leyendo por la buena historia (aunque los personajes no te agraden) y
otros que sigues leyendo por los personajes (aunque la historia sea aburrida).
En el caso de este libro, los tres elementos están presentes y está tan bien
narrado que me cautivó desde la primera línea y ni siquiera sentí sus 557
páginas.
El mundo vampírico de
este libro es sumamente extenso, el autor ha creado un universo entero regido
con sus propias reglas y supersticiones; Pero la lectura es tan amena que
simplemente te atrapa en su mundo.
Hubo momentos en los
que me sentía como si estuviera leyendo una parodia, una comedia, pero luego la
historia retomaba su seriedad a tal grado que yo no podía dejar de preocuparme
por lo que iba a suceder a continuación.
Hubo partes en las que lloré, partes en las que solté una carcajada y
partes en las que tuve que reprimir un grito porque eran las 3 am y alguien iba
a venir a callarme y a mirarme tipo “Tía, ¡Estás puto loca!”
Y con respecto a los
personajes… Me sorprende que los personajes se sientan tan reales, a pesar de
que a simple vista puedes esperar encontrarte con gente caricaturesca, no es
así, de verdad se sienten amenazantes y hubo otros que aunque no sean
precisamente villanos consiguen caer tan mal (Vania, por ejemplo). Y con
respecto a los otros, ni que decir de la adorable abuela Imo, el (o la)
excéntrica Ariel, el muy entrañable Ben, los divertidos Puck y Moth (el sueño
de cualquier sobrino travieso). Vamos, hasta la odiosa de Alessa me cayó tan
bien. Y claro, los protagonistas.
No pude evitar amar a
Gis (Gis, a mi lista de esposos literarios ficticios) Y me encariñé mucho con
Osric, ese niño me daba tantísima ternura. Y por supuesto Lina, mí querida
Lina.
En fin que hace tiempo
que un libro no me hacía fangirlear, si tuviera que describirlo con música,
diría que es como escuchar a Blutengel y Victimas del doctor cerebro. Y si
tuviera que compararlo con comida, diría que es una pasta, por el simple hecho
de que yo amo la pasta con todo mi corazón y jamás me harto de comerla.
Me ha encantado el
mundo umbrío, me han encantado su historia y personajes y como punto extra, me
ha encantado Lina, da gusto ver una protagonista inteligente, valiente que a
pesar de todo lo que tuvo que soportar y el montón de dudas que tuvo (¡Y mira
que no es poco!) nunca se dejó vencer. Y sí, me agrada el hecho de que sea fea,
fea de verdad. Un día, todos los feos vamos a cavar lo suficientemente profundo
como para llegar a esos fantásticos nidos y ya está, a enamorar sombríos.
No sé si voy a
continuar con la trilogía, porque me ha gustado tanto que temo perder ese
encanto y que vaya a pasarles algo malo a los personajes con los que tanto me
encariñé y donde Gis y Lina no se queden juntos, me va dar el patatús (como
diría Marcia). Realmente no lo sé, pero de momento, sólo puedo decir que ha sido
una muy grata experiencia y sin lugar a dudas, una de las mejores del año.
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