La noche es el guardián de todos los misterios; Cada vez que ocurre algo "inexplicable" el evento se desata durante la noche, con la oscuridad y el silencio acunándolo en sus brazos. La noche encierra el secreto del mundo, de las ciudades, de las casas y... de cada uno de nosotros.
Una de sus "peculiaridades", es ese momento en el que sirve de escenario para ti mismo.
¿No me crees? Te aseguro que lo has experimentado...
Imagina:
Estás estás en tu cama, te encuentras solo en tu habitación y la penumbra solo te deja distinguir siluetas, observas todo detenidamente...
Más dormido que despierto, pero sin poder dormir ni estar completamente despierto.
En ese momento, tu cuerpo está inmóvil, pero tu mente se toma sus libertades, como si no necesitara de tus órdenes para moverse y viajar al pasado...
Te hace recordar cosas en las que no piensas tan a menudo... Cosas que hiciste hace años, cosas de las que te arrepentiste, cosas que te hicieron feliz... Cosas que no le has dicho a nadie.
Y en ese momento, te tomas una pausa, miras hacia el techo, sin mirar nada en realidad. Probablemente sientas melancolía, tristeza... soledad.
Y entonces observas al presente, tu propia vida, las cosas que haces, el lugar en el que vives, tu situación sentimental... Te pones a pensar en las cosas que te irritan y con el susurro de la noche, te invade una ignota inspiración...
Como si una pequeña parte de tu mente hubiera despertado con el incentivo nocturno e inmediatamente se pone a gritar una cosa, una cosa en la que piensas casi todo el tiempo sin prestarle atención, una cosa que deseas aunque no seas consiente de ello: C-a-m-b-i-o.
Lo sabes, en lo más profundo de tu mente, lo sabes. Y cobijado por la noche, no te da pena admitirlo, admitir que quieres que tu vida sea distinta y entonces... tu propio corazón comienza a latir con fuerza.
Si eres romántico, quizá pienses en esa persona... (O en el tipo de persona que te gustaría conocer) Y comienzas a imaginar una serie de eventos que te gustaría que sucedieran, en cómo te sentirías, en como se verían ambos...
Si eres aventurero, entonces tal vez tu mente se encuentre divagando entre todos los lugares a los que anhelas ir, el nuevo empleo que te gustaría tener... las muchas cosas locas que quieres hacer.
Y si eres negativo, la noche tendrá el poder de despertar a la diminuta persona positiva que hay en ti... Te encontrarás imaginando que algo enorme esta a punto de suceder.
En este punto, no importa el tipo de persona que seas, porque sabes que las cosas van a cambiar, que esas fantasías van a volverse realidad, que irás corriendo directo a tus deseos... Es muy fácil, solo necesitas arreglar un par de cosas... quizá también te gustaría un cambio de aspecto, irás al estilista, te pondrás en forma, usarás esa ropa que nunca te has atrevido a usar...
Incluso te dan ganas de salir de casa en ese instante y comenzar tus nuevos proyectos, pero sabes que aún es muy tarde, debes aguardar... te relajas y el sopor te invade de golpe.
Pero entonces... la alarma de tu despertador suena y debes salir de la cama y empezar el día.
Tus fantasías se disuelven de inmediato, como si las asustara la luz del sol y de repente te sientes avergonzado de haber pensado en todo eso...
Te espera un largo día, mucho trabajo y mucho qué hacer, nada nuevo, nada de sorpresas...Nada de romance ni aventuras...
Un largo y simple día más, tendrás que seguir con la rutina y sabes que te sentirás más cansado porque no dormiste nada, entonces intentas despertarte con una ducha o una taza de café y si te lo preguntan...
Dirás que tuviste una "mala noche" Y al fin comienza el día, lejos de tus sueños y el manto nocturno...
Entonces eres una anodina sombra más en el mundo...
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