Ya he
hablado mucho sobre relaciones tóxicas, sentimientos destructivos y demás, pero
hoy, quisiera hablar de algo un poco más tangible: La más destructiva de mis
relaciones y no estoy hablando de ningún romance frustrado, no, me refiero a
algo simple, algo que posiblemente te guste: El cigarro.
Y antes de
que dejes de leer, no, esta no es una maldita campaña de “Fumar mata” ni ese
tipo de estupideces, no, tampoco voy a mostrarte dientes podridos y fetos
muertos. No, solo quiero contar el efecto mariposa que colapsó en lo que hoy ha
sido uno de los días más largos y extraños de mi vida.
La tos comenzó hace
cuatro meses, no le di importancia, un par de pastillas, inyecciones, nada que
el doctor no pudiera resolver y por supuesto, los cigarros del diario, para la
ansiedad, para concentrarme mejor, para “relajarme”
Cuatro meses después y…
Joder, de verdad estoy harta de toser, además me falta el aire, no entiendo que
sucede: Otra visita al doctor y:
-Uno de
tus pulmones, está dejando de funcionar-
Cuando me lo dice apenas
puedo creerlo, es como estar viendo una mala película, me quedo en blanco y
hasta me dan ganas de reírme. Eso solo pasa en las novelas y en los anuncios de
las campañas que no quieren que el negocio del tabaco prospere. NO, el doctor
no está sonriendo, está escribiendo una receta de lo que me aguarda: Un muy
largo, doloroso y costoso medicamento para intentar salvar mi pulmón.
Y lo único que puedo pensar es en lo difícil que
va ser decirle adiós a mis cigarros.
Siempre escuché de
personas que lo estaban dejando, o que cayeron en el mismo circulo vicioso que
tienen con la dieta (Me como este postre y ahora sí, mañana empiezo la dieta)
Fumo esta cajetilla y lo dejo para siempre, este cigarro es el último, juro que
es el último…
Pero tus dientes no se
caen y sigues vivo y estresado entonces ¿Para qué dejar de fumar?
Por supuesto, no hay
necesidad, ni la habrá hasta que te digan que es probable que tu pulmón deje de
funcionar y lo mismo ocurrirá con el otro y entonces perderás ambos, tal vez
puedas vivir sin cigarros, pero definitivamente no puedes vivir sin pulmones.
El doctor me da la
receta y me dice que de ser posible vaya por los medicamentos esta misma noche,
luego me mira y hace la pregunta.
-¿En serio
te quieres morir?-
¡Que gracioso! Porque
oír esas palabras de un experto, oírlas en voz alta.
Sabe que no puedo
responder y se limita a decirme.
-Lo estás
logrando-
No sé si lo dice porque
es demasiado profesional, o porque es de ese pequeño porcentaje de doctores que
piensan en sus pacientes como seres humanos.
¿Por qué dejar de fumar?
No, no hay ninguna necesidad, ni la habrá hasta que esas ridículas advertencias
de las campañas ñoñas de salubridad se vuelven contra ti y es una de las tantas
pesadillas de las que no puedes despertar, por más que desees abrir los ojos.
¿Pero te cuento un
secreto?... En este momento, de verdad mataría por un cigarro.